Los muertos que viven en Facebook
(Photo credit: h.koppdelaney via photo pin cc)
Por: Iván de Paula para Visionarios 2.0
Morir
anteriormente era un evento muy íntimo que se ventilaba entre los familiares,
amigos y allegados.
Sin
embargo, todo eso ha cambiado a partir del boom de redes sociales como Facebook, que se jacta de contar con cerca de mil
millones de usuarios, de los cuales 30 millones partieron de este mundo y sus
cuentas aún continúan activas.
¿Por
qué existen los “fantasmas digitales” en esta red social?
Estas
son algunas de las razones:
1-El
deseo de sus deudos por mantener viva la memoria del fallecido.
2-Los
seres queridos desconocen el mundo 2.0, por tal motivo ni se enteran de su
existencia en Facebook.
3-Ignoran
que Facebook cuenta con procedimientos para cambiar el status de las personas
fallecidas.
Sobre
el primer punto, escribir las condolencias en el Muro se ha convertido en una
modalidad socialmente aceptada.
Es
curioso que a muchos les resulte más confortable expresar sus sentimientos públicamente
cuando es muy posible que nunca lo harían de forma personal, aunque no deja de
tener sus pinceladas de moda, sobre todo cuando se trata de celebridades.
Por
otra parte, existe el riesgo latente de que la cuenta sea utilizada por
desaprensivos para malas prácticas, como por ejemplo burlarse del estado
actual, invitarlo a juegos o encuestas, escribir sandeces en las fotos de los
álbumes, etc.
¿Cómo
es posible que exista gente tan morbosa?
Facebook
dispone de un formulario para notificar el fallecimiento de una persona que sirve para convertir
el status de activo a conmemorativo (o memorial) de esta forma solamente sus
contactos podrían visualizarlo y dejar comentarios.
Este
tipo de cuenta no aparece en las búsquedas ni en las recomendaciones de amigos.
Hay
un aspecto que los defensores de la privacidad online le han reclamado a
Facebook y es que el modo conmemorativo elimina cualquier posibilidad acceso,
inclusive sus familiares más cercanos.
Por
eso recomendaría solicitar la eliminación total de la cuenta proceso que se puede gestionar a través del envío de documentación confiable,
como por ejemplo el acta de defunción.
Aunque
suene tétrico, no estaría de más diseñar un plan de contingencia para
prepararse para esta cita inevitable, a menos que les dé lo mismo continuar viviendo en sus
redes sociales sin período de expiración.
Generalmente,
nosotros somos los únicos conocedores de
nuestros nombres de usuarios y contraseñas, aunque los navegadores se empeñen
en recordarlos.
De
hecho, esta información confidencial es incluida en los testamentos de algunos estadounidenses ¿se convertirá en una norma en el futuro cercano?
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